7 de enero de 2011

"Ya sé que querías ser amable, asi que, me puedes dar un beso"


La historia de hoy es, sin duda, una de mis anécdotas favoritas. Y es que... ¿Quien no recuerda a su primer "amor"?

Escribo amor entre comillas porque solo tenía 8 años. Y no solo era una enana, sino que además yo era de las de: ¿A mí? ¿Gustarme un niño, a mí? ¡Los niños son tontos! ¡Jamás!

Pongamonos en situación. Verano. Padres trabajando. Hija única bastante bicho incapaz de estar quieta... ¿Solución? CAMPAMENTO DE VERANO.
Mi primer campamento. Asi que mis padres decidieron que lo mejor sería mandarme con mi mejor amiga de aquel entonces para que estuviese entretenida (Y a los padres de mi amiga les faltó tiempo para soñar con 2 semanas de paz)

Y allá que nos mandaron. A un albergue en los Pirineos que, a día de hoy, sigo comparando con un hotel de lujo (teníamos baño en la habitación compartida, piscina, discoteca, pista de tenis, buffet...).

Para mi desgracia y aburrimiento, mi mejor amiga llevaba ya un tiempo pensando en chicos, obligando a los niños del cole a que le enseñasen los calzoncillos, y cambiando de novio cada semana(Todo muy inocente, por supuesto). Asi que... sorpresa, sorpresa... al tercer día de campamento ya se había echado al novio de turno con el que se daba piquitos.

A mí el chico en cuestión me caía bien, era de lo mas travieso del campamento y siempre estaba dispuesto a ponerse en nuestro equipo de balón prisionero para salvarnos de los pelotazos.
El problema era que siempre traía consigo a su amigo, y yo estaba convencida de que ese niño me miraba raro.

Sin embargo, decidí pasar por alto ese detalle, cuando descubrí que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que yo decía. Especialmente ir a la fuente a llenar la jarra del agua de las comidas (La fuente estaba en una especie de parquecillo con muchos arboles y por la noche no solo era un engorro ir a por agua sino que daba miedo).

Asi que ahi estabamos los cuatro. Mi amiga, su novio, mi esclavo y yo. Como una piña. Recuerdo que muchas niñas me decían lo guapo que era Sergio (así se llamaba) y la suerte que tenía, mientras que yo las miraba con el morro torcido y cara de asco.

Por alguna razón que en su día no entendí, mis monitores tenían devoción por Sergio y por mí. Supongo que especialmente a las monitoras, les resultaba muy divertido ver como mangoneaba al pobre chico.
De cualquier forma, hacían todo lo posible para que siempre estuviésemos juntos, asi que el día que rodamos "La historia interminable" y que me eligieron para hacer de la princesa de Fantasía decidieron que había que adaptar el guión, y que en vez de princesa sería reina y mi rey sería Sergio.

Decir que monté la marimorena sería quedarme corta. Estoy convencida de que muchas divas de Hollywood podrían aprender un par de cosas del show que les armé. ¿Qué era eso de que tenía un rey? ¿Me quitaban protagonismo y encima me casaban? ¿¿Con mi esclavo?? ¡¡Que aberración!!

Muchos phoskitos, promesas de que no me tocaría, no hablaría y de que mi vestido y mi corona molarían mogollón, acepté hacer de la reina de Fantasía. En el momento en el que vestida y en el escenario ibamos a empezar a grabar me giré hacia Sergio y muy seria le dije:

- Me obligaron a casarme. Yo no quería. Pero lo hice por mi pueblo. Jamás me casaría con alguien como tú.

El pobrecillo no dijo ni mu. Ni tan siquiera pestañeó. Me sentí malísima. Y por primera vez pensé que no sería tan malo tener a alguien como él a mi lado. Por supuesto no dije nada.

Tres o cuatro días después del incidente, los monitores nos dijeron que se iba a hacer un baile, y que por edades haríamos un baile en grupo antes de que comenzase la fiesta. A los peques nos tocó "Que triste es el primer adios" de Onda Vaselina. Una canción sobre el primer amor, que por supuesto se bailaría por parejas... Adivinad con quien me quisieron emparejar.

- ¡¡¡Antes muerta!!! Yo no bailo con él. ¡¡Y encima agarrados!! ¡Estais locos! ¡No pienso hacerlo! Me niego, me niego y me niego. ¡Que no!

Esta vez ni con phoskitos consiguieron convencerme. Acabé ofreciendome a vestirme de chico y bailar con cualquiera de mis compañeras.
Viendo que a Sergio no le faltaban parejas y que realmente había menos chicos que chicas, me travestí y me salí con la mía.

El día del baile, a escasos minutos de que nos tocase salir a bailar, Sergio se acercó a mí (vestida con gorra para atrás, pantalones anchos y una camiseta de las tortugas ninja) y me dijo:

-Estás guapa de chico pero te hubiese preferido de mi chica.

Y sin dame tiempo a decir nada, se fue. Me dejó ahí, con la boca abierta y sin saber que decir. Y cuando nos pusimos en fila para salir a bailar y ví como cogía de la mano a la otra chica y la cara de tonta que se le quedaba a ella... godzilla a mi lado hubiese parecido un pequeño ponny.
Mas tarde, durante la fiesta, me pidió varias veces que bailase con él. Me negué todas ellas.

Y llegó la noche anterior al fín del campamento. Un monitor me mandó a por agua y me prohibió que mandase a Sergio en mi lugar. Con todo mi cabreo, me levanté de la mesa dispuesta a adentrarme en la oscuridad del parque. Dos segundos después, aparece Sergio corriendo detrás de mí con una jarra vacia de una mesa que no era la nuestra. Por supuesto yo, demostrando toda mi simpatía le dije:

-¿Tan tonto eres que te engañan los de otras mesas para que les llenes la jarra?
- Nadie me ha engañado. He tirado el agua al suelo.
-¿Se te ha caido la jarra de agua de otra mesa?
- No, me he levantado, he ido a otra mesa, he cogido la jarra y he tirado todo el agua.
- ¿Al suelo del salón?
- Si.
-¿A posta?
- Si.
- (Riéndome) ¿Eres tonto?
- No quería que pasases miedo.
- (Silencio) Pues que sepas que a mi no me da miedo ir a por agua...

Llegamos a la fuente. Y mientras esperábamos a que las jarras se llenasen...

- Por qué no quisiste bailar conmigo
- No sé...
-¿Te puedo dar un beso?
- Si no se lo dices a nadie...
- A nadie.
-Como se lo digas a alguien te doy un puñetazo.

Y así fue. No se lo dijo a nadie. Ni siquiera se le notó al día siguiente cuando al despedirnos todo el mundo se burlaba de él diciendole: "-Te vas a ir sin conseguir darle un beso"
Nos miramos. Nos despedimos. Nos dimos un breve abrazo. Me dió una notita y jamás nos volvimos a ver.

♦Wendy♦

1 Mensajes:

dory dijo...

Pues estoy convencida que un día te lo cruzas por la calle, y te reconoce.
Y esta vez, que no hay árboles siniestros, termináis hablando de ese beso que nunca comentasteis en un bonito café. :)
Un besazo

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